"Veo que de ninguna manera es inútil viajar, si un hombre quiere ver algo nuevo". (Julio Verne)
viernes, 12 de julio de 2019
jueves, 11 de julio de 2019
NO, ESTO NO SE ACABADO...
El cuento diario de la noche acababa con el consabido: "Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado...". Pero no. En este caso, nuestro "cuento" aún no ha finalizado.
Nos gustaría que durase unos días más, pero ya desde cada casa. Nos falta por colgar un Telediario que, por problemas técnicos, no pudimos colgar hoy y subiremos esta noche.
Pero nos gustaría mucho que vierais los vídeos y las fotos con vuestros hijos. Que os cuenten lo que vivieron. Y que nos lo cuenten; a ver si hay más suerte y son más dados a compartir sus impresiones que sus padres...
Que Perbes 2019 perdure aún unos días y no se haya puesto el punto final cuando el ultimo niño dejó San Pedro.
Y el año que viene más y mejor... Más sí, pero mejor... ¡no! porque eso es...¡IMPOSIBLE!
¡Hasta siempre!
Nos gustaría que durase unos días más, pero ya desde cada casa. Nos falta por colgar un Telediario que, por problemas técnicos, no pudimos colgar hoy y subiremos esta noche.
Pero nos gustaría mucho que vierais los vídeos y las fotos con vuestros hijos. Que os cuenten lo que vivieron. Y que nos lo cuenten; a ver si hay más suerte y son más dados a compartir sus impresiones que sus padres...
Que Perbes 2019 perdure aún unos días y no se haya puesto el punto final cuando el ultimo niño dejó San Pedro.
Y el año que viene más y mejor... Más sí, pero mejor... ¡no! porque eso es...¡IMPOSIBLE!
¡Hasta siempre!
miércoles, 10 de julio de 2019
Camina caminando, el viaje se va acabando...
Llevo varios días sin asomarme por aquí; ya me disculparéis... hay que encontrar el momento, ordenar las ideas que viven en un compulsivo caos y dar con las palabras adecuadas para compartirlas con todos vosotros sin perder la esperanza de que al otro lado, encuentren alguien que las acoja; espero que sí porque comentar, lo que se dice comentar...
Esto va llegando a su fin. Nos queda la tarde de hoy, la temida noche de gala y, el no menos temido y odiado, día de recoger. Sin duda el peor día de campamento porque, unido a la pena de la partida, queda el fastidio de recoger todo cosa que no es fácil.
Estamos intentando haceros llegar por este medio parte de lo que hacemos cada día con la intención de que vosotros seáis también colaboradores de esta aventura. Nos gustaría que os sintierais partícipes; esa es, al menos, nuestra intención. La respuesta a si lo hemos logrado o no la tenéis vosotros. Confío en que, en esa clave de humor con la que intentamos haceros llegar la actualidad, os hayáis reído con nosotros y no de nosotros; la diferencia es algo más que sutil. Lo hacemos con la mejor intención, venciendo al sentido del ridículo, al cansancio y, en ocasiones, a momentos de cabreo que, como las meigas de esta tierra, haberlos, los hay. Pero como se dice en el circo: que siga el espectáculo.
Queda mucho por vivir pero ya se puede hacer un balance previo y, dado que desde que ponen el pie en Oviedo, el blog queda solo para acoger el polvo, voy a intentar anticipar algo.
Y el balance sólo puede ser positivo. En primer lugar, (y hago votos porque siga así, Dios lo quiera...) no pasó nada más allá de algún coscorrón con el consiguiente moratón, algún rasponazo, y el ataque de unas cuantas avispas que no estaban dispuestas a compartir su territorio con nosotros. Como la negociación para que se mudaran con viento fresco a otro lugar no fructificó, nos vimos obligados a tomar medidas más expeditivas; qué le vamos a hacer...
El comportamiento, por norma general, ha sido bueno. Les cuesta asumir las normas, pero nada grave; guardar silencio cuando se lo pide, recoger las cosas, apagar luces, mantener la tienda ordenada... cosas que son fáciles de corregir y en las que habría que insistir no sólo aquí que poco vamos a hacer en apenas once días. Algunos son muy traviesos; nada que nos sorprenda, eso ya lo sabemos. Pero también son nobles. Este año, dado que somos unidad pastoral, venían niños de la Merced pero, puedo decir con rotundidad, no se ha notado nada. Tampoco con los que no son de la catequesis. Todos somos uno. Así que claro que habría muchas cosas que limar sobre el comportamiento, pero mentiría si dijera que no estamos satisfechos.
El grupo de monitores, ya lo sabéis: excelente. Somos un grupo heterogéneo, el más "repunante" soy yo pero me aguantan. El éxito se debe a ellos. A todos y cada uno. Sin ellos -y esto es una obviedad prescindible- nada de esto sería posible. Vaya desde aquí mi reconocimiento y agradecimiento a todos.
Y qué decir de Marta y Marisa. Son las únicas imprescindibles. Me gustaría que lo viérais en directo o, mejor dicho, que lo probarais, ¡en pocos sitios como tan bien!Pero ademàs de cocinar de forma total y absolutamente excelente, son unas más del equipo. Y eso se nota.
Y lo más importante: ¿hemos logrado nuestros objetivos? Como si fuera gallego podría decir: depende. Nuestros objetivos son ambiciosos: cambiar el mundo, ¡toma ya! En la oración de esta mañana, Jorge ponía un ejemplo muy gráfico. Con un vaso en la mano, iba echando unas gotas mientras les preguntaba si el vaso estaba lleno. Obviamente, con un par de gotas, el vaso no se llena, pero gota a gota sí se llena; pues esa es nuestra realidad. El mundo solo se cambia "gota a gota". Con pequeñas acciones que dependen de nosotros. Poco a poco... poco a poco... poco a poco... Así es.
¿Les hemos dado alguna "gota"? Tal vez. Os invito a que no sólo les preguntéis por lo que hicieron, lo que comieron, cómo durmieron... sino por lo que les quedó de la formación, de las breves oraciones. La de ayer en la noche fue muy emotiva. Muy especial.
En fin, como les decía ayer, ojalá que no sólo pasen ellos por el campamento, sino que el campamento pase por ellos. Y que dentro de muchos años, si recuerdan los campamentos vividos en estos años, se les dibuje una sonrisa no solo en el rostro, sino en el corazón: igual que se me dibuja aún a mi cuando recuerdo aquellos campamentos de Perbes de inicios de los 80, tan lejanos y tan cercanos a la vez...
Casi cuarenta años después, siguen grabados y siguen formado parte de lo más esencial de mí.
Esto va llegando a su fin. Nos queda la tarde de hoy, la temida noche de gala y, el no menos temido y odiado, día de recoger. Sin duda el peor día de campamento porque, unido a la pena de la partida, queda el fastidio de recoger todo cosa que no es fácil.
Estamos intentando haceros llegar por este medio parte de lo que hacemos cada día con la intención de que vosotros seáis también colaboradores de esta aventura. Nos gustaría que os sintierais partícipes; esa es, al menos, nuestra intención. La respuesta a si lo hemos logrado o no la tenéis vosotros. Confío en que, en esa clave de humor con la que intentamos haceros llegar la actualidad, os hayáis reído con nosotros y no de nosotros; la diferencia es algo más que sutil. Lo hacemos con la mejor intención, venciendo al sentido del ridículo, al cansancio y, en ocasiones, a momentos de cabreo que, como las meigas de esta tierra, haberlos, los hay. Pero como se dice en el circo: que siga el espectáculo.
Queda mucho por vivir pero ya se puede hacer un balance previo y, dado que desde que ponen el pie en Oviedo, el blog queda solo para acoger el polvo, voy a intentar anticipar algo.
Y el balance sólo puede ser positivo. En primer lugar, (y hago votos porque siga así, Dios lo quiera...) no pasó nada más allá de algún coscorrón con el consiguiente moratón, algún rasponazo, y el ataque de unas cuantas avispas que no estaban dispuestas a compartir su territorio con nosotros. Como la negociación para que se mudaran con viento fresco a otro lugar no fructificó, nos vimos obligados a tomar medidas más expeditivas; qué le vamos a hacer...
El comportamiento, por norma general, ha sido bueno. Les cuesta asumir las normas, pero nada grave; guardar silencio cuando se lo pide, recoger las cosas, apagar luces, mantener la tienda ordenada... cosas que son fáciles de corregir y en las que habría que insistir no sólo aquí que poco vamos a hacer en apenas once días. Algunos son muy traviesos; nada que nos sorprenda, eso ya lo sabemos. Pero también son nobles. Este año, dado que somos unidad pastoral, venían niños de la Merced pero, puedo decir con rotundidad, no se ha notado nada. Tampoco con los que no son de la catequesis. Todos somos uno. Así que claro que habría muchas cosas que limar sobre el comportamiento, pero mentiría si dijera que no estamos satisfechos.
El grupo de monitores, ya lo sabéis: excelente. Somos un grupo heterogéneo, el más "repunante" soy yo pero me aguantan. El éxito se debe a ellos. A todos y cada uno. Sin ellos -y esto es una obviedad prescindible- nada de esto sería posible. Vaya desde aquí mi reconocimiento y agradecimiento a todos.
Y qué decir de Marta y Marisa. Son las únicas imprescindibles. Me gustaría que lo viérais en directo o, mejor dicho, que lo probarais, ¡en pocos sitios como tan bien!Pero ademàs de cocinar de forma total y absolutamente excelente, son unas más del equipo. Y eso se nota.
Y lo más importante: ¿hemos logrado nuestros objetivos? Como si fuera gallego podría decir: depende. Nuestros objetivos son ambiciosos: cambiar el mundo, ¡toma ya! En la oración de esta mañana, Jorge ponía un ejemplo muy gráfico. Con un vaso en la mano, iba echando unas gotas mientras les preguntaba si el vaso estaba lleno. Obviamente, con un par de gotas, el vaso no se llena, pero gota a gota sí se llena; pues esa es nuestra realidad. El mundo solo se cambia "gota a gota". Con pequeñas acciones que dependen de nosotros. Poco a poco... poco a poco... poco a poco... Así es.
¿Les hemos dado alguna "gota"? Tal vez. Os invito a que no sólo les preguntéis por lo que hicieron, lo que comieron, cómo durmieron... sino por lo que les quedó de la formación, de las breves oraciones. La de ayer en la noche fue muy emotiva. Muy especial.
En fin, como les decía ayer, ojalá que no sólo pasen ellos por el campamento, sino que el campamento pase por ellos. Y que dentro de muchos años, si recuerdan los campamentos vividos en estos años, se les dibuje una sonrisa no solo en el rostro, sino en el corazón: igual que se me dibuja aún a mi cuando recuerdo aquellos campamentos de Perbes de inicios de los 80, tan lejanos y tan cercanos a la vez...
Casi cuarenta años después, siguen grabados y siguen formado parte de lo más esencial de mí.
martes, 9 de julio de 2019
lunes, 8 de julio de 2019
LA VUELTA AL MUNDO: ¡MÁS QUE UN JUEGO!
En un mundo globalizado como el nuestro, nos planteamos tener una mirada más allá de nuestras fronteras, de nuestro entorno cercano. Algo básico para entender que todas nuestras acciones, formas de pensar y maneras de relacionarnos están influidas por esa universalidad. Últimamente estamos acostumbrados a ver noticias relacionadas con el auge del turismo que invade todo, desde el Everest, hasta la muerte de éxito del Louvre, que ha tenido que cerrar unos días por agotamiento del personal.
Pero existen muchos tipos de viajes, de peregrinación, de misión....y por desgracia, muchos de los habitantes del planeta huyen, no viajan. Huyen de la miseria, de las guerras, de la violencia...
La historia está plagada de viajes y gracias a ellos podemos disfrutar de muchas de las cosas que ahora tenemos. No disfrutaríamos del chocolate si no se hubiera descubierto América, por ejemplo. También la historia de los cristianos está forjada de viajes, de ese " Id por el mundo" que nos decía Jesús, de ese caminar hacia otras culturas tratando con la buena noticia en la mochila , sintiendo a los demás como hermanos y no como extraños.
Estos días, intentamos con la formación, que los acampados se acerquen a diferentes realidades de nuestro mundo, primero metiéndose en la piel de ciudadanos de algún país, como anfitriones y como visitantes.
Los países elegidos por los grupos fueron: Sudáfrica, Nepal, Méjico, Etiopía, Polonia, Holanda, India, Egipto y Brasil.
Cada grupo ha preparado brevemente algunos datos, personajes y testimonios importantes. Se han disfrazado, han hecho sus pasaportes y sus banderas y han entendido la diferencia y desigualdad para viajar si se nace en un país pobre o rico.
Hemos visto como a los etíopes no les dejaban entrar a la primera en Holanda, y les daban la vuelta hasta conseguir un visado ( una prueba debían hacer o conseguir una firma de otro país).
Hemos conocido personajes o historias que han representado en escenas, desde la historia de Egipto, hasta testimonios de Ana Frank o de una superviviente de Auschwitz salvada por Irena Sendler, conocida como el ángel del gueto de Varsovia . Nos hemos sorprendido al saber que el tan famoso Gandhi nunca había recibido el Nobel de la Paz, pese a estar nominado 5 veces. Nos han contado historias de las favelas de Brasil y de acciones solidarias, de que no todo es fútbol y samba en Brasil.
Aún nos quedan más culturas que visitar estos días, pero se han implicado todos los niños desde el más pequeño del grupo a los mayores. Cada uno a su modo, pero todos participando y aportando su humor, creatividad, y aptitudes para la oratoria sorprendentes.¡ La verdad que es muy entretenido trabajar con vuestros hijos!
Nos quedan aún las conclusiones y las reflexiones que queremos suscitar, pero esperemos que esta sencilla aproximación a "mirar el mundo" sin miopías nos ayuden a tener esa actitud abierta, responsable de nuestro mundo y plenos de ese espíritu cristiano de fraternidad con todos los pueblos de la tierra.
Álvaro Neil, el biciclown asturiano, decía. "El viaje te da una felicidad que no es la del que ríe, sino la del que está tranquilo. Viajando el mensaje que te queda, es que el otro es necesario"
Que esta vuelta al mundo en 11 días sea eso, un descubrir el mundo, siempre con la necesidad del otro, del prójimo.
Ángeles
domingo, 7 de julio de 2019
sábado, 6 de julio de 2019
viernes, 5 de julio de 2019
jueves, 4 de julio de 2019
Fluyen los días
Desconozco si algún teórico de la física podría darme alguna explicación plausible a la volatidad del tiempo en el campamento. Los días no fluyen como regueros serenos; corren como vertiginosas torrentereas. En fin, una tontería; lo que viene siendo que el tiempo corre que se las pela. Y así, casi sin darnos cuenta, ya han pasado prácticamente tres días. Ayer, aprovechando el magnífico día de sol, pasamos la mañana en la playa con una gymkana con diferentes pruebas y el primer baño de la temporada que debió abrirles bien el apetito porque de la perola de un suculento arroz con tomate, no quedó ni un grano. La merluza ya iba por barrios... Pero las roscas de este rico pan gallego volaron de tal forma que tuvimos que ir a comprar más pan para la cena. De tarde los talleres de rigor, otro juego para que nadie pueda caer en la tentación de decir: "me aburro" y de nuevo a la playa. Dos de los monitores que más canas peinamos (eso en la zona que quede algo que peinar...) sentimos lo mismo que un Ñu cuando se ve acosado por una manada de hambrientos depredadores. Ríase usted del respeto a los años o a la autoridad. Como hienas nos agarraron en volandas y al agua patos, ¡la madre que los...! En fin, supongo que ahora cabe decir eso de: "gajes del oficio". Lo malo es que al pobre Patxi ni la camiseta le quitaron; angelitos...
La crema de calabacín de la cena -palabra- es para nota: dos platos cayeron. El el pollo con champiñones y una salsa cuyo secreto quisiera para sí el mismísimo Arzak, ni te digo. ¿Qué fue de aquellos años en los que en cada campamento servidor se dejaba por el camino tres o cuatro kilos...? Ahora más bien es al revés... hay que jorobarse...
La noche fue para una velada que les gusta mucho. Con el campamento a oscuras, todos se han de cubrir con tanta ropa como puedan y es nuestro cometido adivinar quién se esconde debajo de tanto ropaje. La meta de los anónimos acampados es capturar una bandera sita en la parte alta del campamento objetivo que, claro está, no consiguieron. Lo único que consiguió alguno fue un buen chinchón en la frente y un pie retorcido, no falla...
Finalizado el juego todos a la pista, revisión del día, un cuento de origen japonés: el picapedrero cuya moraleja es que lo mejor es ser fiel a uno mismo, la oración y unos minutos en silencio tumbados bajo las estrellas que, a duras penas, se adivinaban, aunque la temperatura era estupenda. Estoy convencido de que alguno ha de valorar esos momentos. ¿Cuándo tienen oportunidad de estar unos minutos de contemplación en silencio? Como les decía ayer creo que, para ellos, el silencio es algo poco frecuente y nada buscado sin darse cuenta de que no solo es necesario -máxime en esta sociedad con exceso de ruido- sino imprescindible para escuchar lo que realmente importa.
De momento no puedo hacer más que una valoración positiva en cuanto al comportamiento del personal. Que haya bajado la media de edad se nota. Y el cansancio va haciendo de las suyas y los toques de gaita matutinos ya son historia.
Aquellos años en los que me desesperaba vociferando y jurando en arameo también son historia. Igual es que también me hago mayor... Y las cosas que puede interferir en la convivencia grupal también se van limando poco a poco.
Y por encima -procuramos- prevalece el humor. Espero no ofender a ninguno cuando a veces les llamo lerdos o algún otro cariñoso epíteto. Ellos tampoco se quedan cortos... A fin de cuentas, el humor, es una buena cualidad del amor. Una sola letra.
Y, por fin, ayer disfrutamos de ese maravilloso espectáculo que son las puestas de sol de este lugar. No hay palabras.
Seguiremos informando.
La crema de calabacín de la cena -palabra- es para nota: dos platos cayeron. El el pollo con champiñones y una salsa cuyo secreto quisiera para sí el mismísimo Arzak, ni te digo. ¿Qué fue de aquellos años en los que en cada campamento servidor se dejaba por el camino tres o cuatro kilos...? Ahora más bien es al revés... hay que jorobarse...
La noche fue para una velada que les gusta mucho. Con el campamento a oscuras, todos se han de cubrir con tanta ropa como puedan y es nuestro cometido adivinar quién se esconde debajo de tanto ropaje. La meta de los anónimos acampados es capturar una bandera sita en la parte alta del campamento objetivo que, claro está, no consiguieron. Lo único que consiguió alguno fue un buen chinchón en la frente y un pie retorcido, no falla...
Finalizado el juego todos a la pista, revisión del día, un cuento de origen japonés: el picapedrero cuya moraleja es que lo mejor es ser fiel a uno mismo, la oración y unos minutos en silencio tumbados bajo las estrellas que, a duras penas, se adivinaban, aunque la temperatura era estupenda. Estoy convencido de que alguno ha de valorar esos momentos. ¿Cuándo tienen oportunidad de estar unos minutos de contemplación en silencio? Como les decía ayer creo que, para ellos, el silencio es algo poco frecuente y nada buscado sin darse cuenta de que no solo es necesario -máxime en esta sociedad con exceso de ruido- sino imprescindible para escuchar lo que realmente importa.
De momento no puedo hacer más que una valoración positiva en cuanto al comportamiento del personal. Que haya bajado la media de edad se nota. Y el cansancio va haciendo de las suyas y los toques de gaita matutinos ya son historia.
Aquellos años en los que me desesperaba vociferando y jurando en arameo también son historia. Igual es que también me hago mayor... Y las cosas que puede interferir en la convivencia grupal también se van limando poco a poco.
Y por encima -procuramos- prevalece el humor. Espero no ofender a ninguno cuando a veces les llamo lerdos o algún otro cariñoso epíteto. Ellos tampoco se quedan cortos... A fin de cuentas, el humor, es una buena cualidad del amor. Una sola letra.
Y, por fin, ayer disfrutamos de ese maravilloso espectáculo que son las puestas de sol de este lugar. No hay palabras.
Seguiremos informando.
miércoles, 3 de julio de 2019
Fotos 2 de julio
Mientras seguimos lidiando con los problemas técnicos para subir el primer telediario, os dejo unas fotos del día de ayer en que, además de todos los eventos, celebramos el cumple de Enma.
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