Bien, a lo que vamos. Como hábilmente habréis podido deducir ya estamos aquí. Siempre me acuerdo en estos momentos del Honorable Tarradellas, y es que, aunque cual morcilla me repita, los que peináis canas, o peor aún, ya quisierais tener algo que peinar, a buen seguro que recordáis el lejano mes de octubre del 77 cuando el Honorable salió al balcón y gritó esa frase ya para la historia: "¡Ja sóc aquí!". Pues eso: ¡Ya tamos aquí!. Bien, como supongo que lo que pasara en el 77 os importa un rábano y menos aún lo que le pasara a Tarradellas que, dicho sea de paso, que me conste no tiene nada que ver con los que hacen fuet y pizzas, voy a contaros lo que os importa que, razón tenéis, mis diatribas históricas no vienen al caso.
Pues eso, que llegamos sanos y salvos en tiempo y forma con la agradable sorpresa de reencontrarme con el Marista responsable que, casualidades de la vida, es el mismo que estaba cuando los parroquianos de San Pedro llegamos aquí hace treinta y cinco años; ahí es nada... Los ubicamos en las tiendas (todos conformes, cosa rara...), explicamos las normas básicas para convivir en paz y armonía (alguna a los diez minutos se la había pasado por salva sea la parte...), colocación de equipaje (hace media hora diríase que por alguna tienda ya pasó alguna especie de tifón... ¿En casa también son tan mal curiosos...?) y primeros juegos para constituir los grupos de actividades y juegos. Parece que también conformidad en el tendido. A las nueve la cena y primera velada de juegos varios y divertidos para ir conociéndose aunque la mayoría, sabido es, son viejos conocidos entre ellos y, también, nuestros, lo que tiene sus claras ventajas, claro está, pero también el que sabemos de sobra de que pie cojean... Me sorprende el cambio físico en algunos, qué cosas, (y algunas, claro...) pero en "ellos" esa sobreproducción hormonal extra les lleva a que ese exceso de actividad bioquímica tal pareciera que les resta suministro de sangre suficiente en el cerebro produciendo una merma en su capacidad de raciocinio y comportamiento normal y a punto estuvieron de batir el record en llevarse unos guantazos en el menor tiempo transcurrido de campamento; en fin... me solidarizo con los padres de estos sacos de hormonas, santa paciencia os de el Señor...
Tras la velada, como cada día, explicamos nuestras costumbres; a saber: revisión del día para ver qué aspectos se han hecho bien para potenciarlos y reconocerlos y, por el contrario, donde la piciaron/piciamos para corregirlo y mejorar.
Después de la revisión el cuento del día y la oración. Hoy la dedicamos a Francisco de Asis y su magnífico canto de alabanza: el Cántido de las Criaturas, que escuchado a oscuras y con el murmullo del mar de fondo más la maravillosa voz de Ángeles, que canta como los ídem, hacen de ese momento un espacio de paz y tranquilidad sin igual. Me pregunto si ellos lo percibirán también así; hombre, con tal diversidad de edades, de trayectorias y de experiencia es difícil llegar a todos, pero me conformaría con que, al menos un par de ellos, recuerden esos momentos cuanto estén de nuevo solos en casa, en un sofá mucho más cómodo que el cemento del suelo, con la música de su smartphone en lugar del suave susurro del mar y la compañía de tres o cuatro a lo sumo y no otros sesenta y pico. En fin, no voy a empezar con mis divagaciones nocturnas que nos conocemos...
Para ser el primer día el follón habitual nocturno no ha sido excesivo. Quitando a la tienda de los hormonados, sorprendidos en conversaciones absolutamente irreproducibles en medio alguno, a los que tuve que amenazar con.... bueno, lo que pasa en Las Vegas, queda en Las Vegas...
Pues ñores, ñoras, son más de las dos de la mañana y este cuerpo, excesos, los justos. Estoy ya cascado y esto no ha hecho más que empezar, así que sin más se despide de todos ustedes este escribiente que espera haber podido trasmitirles aunque sea, mínimamente, un poco de nuestras vivencias campamentales.
Mañana más y mejor.
Aquí PERBES PRESS informado.
A seguir bien.
PD: Os adjunto el Canto de las Criaturas por si no lo conocéis. Es una preciosidad.
Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís
tuyas son la alabanza, la gloria y el honor;
tan sólo tú eres digno de toda bendición,
y nunca es digno el hombre de hacer de ti mención.
tan sólo tú eres digno de toda bendición,
y nunca es digno el hombre de hacer de ti mención.
Loado seas por toda criatura, mi Señor,
y en especial loado por el hermano sol,
que alumbra, y abre el día, y es bello en su esplendor,
y lleva por los cielos noticia de su autor.
y en especial loado por el hermano sol,
que alumbra, y abre el día, y es bello en su esplendor,
y lleva por los cielos noticia de su autor.
Y por la hermana luna, de blanca luz menor,
y las estrellas claras, que tu poder creó,
tan limpias, tan hermosas, tan vivas como son,
y brillan en los cielos: ¡loado, mi Señor!
y las estrellas claras, que tu poder creó,
tan limpias, tan hermosas, tan vivas como son,
y brillan en los cielos: ¡loado, mi Señor!
Y por la hermana agua, preciosa en su candor,
que es útil, casta, humilde: ¡loado, mi Señor!
Por el hermano fuego, que alumbra al irse el sol,
y es fuerte, hermoso, alegre: ¡loado mi Señor!
que es útil, casta, humilde: ¡loado, mi Señor!
Por el hermano fuego, que alumbra al irse el sol,
y es fuerte, hermoso, alegre: ¡loado mi Señor!
Y por la hermana tierra, que es toda bendición,
la hermana madre tierra, que da en toda ocasión
las hierbas y los frutos y flores de color,
y nos sustenta y rige: ¡loado, mi Señor!
la hermana madre tierra, que da en toda ocasión
las hierbas y los frutos y flores de color,
y nos sustenta y rige: ¡loado, mi Señor!
Y por los que perdonan y aguantan por tu amor
los males corporales y la tribulación:
¡felices los que sufren en paz con el dolor,
porque les llega el tiempo de la consolación!
los males corporales y la tribulación:
¡felices los que sufren en paz con el dolor,
porque les llega el tiempo de la consolación!
Y por la hermana muerte: ¡loado, mi Señor!
Ningún viviente escapa de su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!
Ningún viviente escapa de su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!
¡No probarán la muerte de la condenación!
Servidle con ternura y humilde corazón.
Agradeced sus dones, cantad su creación.
Las criaturas todas, load a mi Señor. Amén.
Servidle con ternura y humilde corazón.
Agradeced sus dones, cantad su creación.
Las criaturas todas, load a mi Señor. Amén.
Gracias por esas horas que robas al sueño para mandarnos un esbozo del bullicio del campamento y de esos momentos preciosos que intentáis crear para ellos. Seguro que quedan atrapados en su memoria tanto unos como otros y cuando sus hormonas se asienten, espero que muchos sientan nostalgia de ese murmullo del mar acompañando la voz de Angeles y busquen el eco de ese momento dentro de si mismos.
ResponderEliminarMadre....dice que ya está cansado....jajajaja,ánimo Jefecillo que esto no ha hecho más que comenzar.
ResponderEliminarUn saludo y ánimo!!!
Jajajaja de sobreproducción hormonal sé yo bastante....por eso felices de cedértelos unos días :)
ResponderEliminarPonte serio y mucho ánimo!!!!
Me sorprende el jaleo de la tienda de los hormonaos, si son unos angelitos, solo saben jugar a la Play con el Call of Duty, y ver series ingenuas como Juego de Tronos, los Vikingos...
ResponderEliminarMenos mal que tenemos Perbes para desfogar con la consiguiente desesperación del jefe del campamento apache.
Precioso el poema de san Francisco de Asís ya me lo he descargado para mi uso particular. Una oración de acción de gracias, porque tenemos muchos motivos para dar gracias a Dios solo tenemos que levantar los ojos.